Natalie Morgan siempre fue reconocida como la "chica que no rompe un plato". La llaman así por el simple hecho de que tenía una cara tan inocente que nadie pensaría que podría hacer algo malo. A la edad de seis años a ella no le importaba que la llamaran así, más bien, le gustaba. Era como la niña perfecta. Pero ahora, a sus diecinueve años, no le hace ninguna gracia. Natalie hará lo que haga falta en sus tres meses de verano para que al final de las vacaciones dejen de reconocerla por ese mote. Cualquier cosa, incluso enfrentarse a uno de sus mayores miedos; las agujas. PRÓXIMAMENTEAll Rights Reserved
1 part