-No te sueltes- dijo aferrándose a mi mano como si su vida dependiera de ello. -No puedo mi mano se resbala- dije tomando con más fuerza la mano de mi compañero y mirando desde arriba aquel precipicio en llamas. -Noo te prohibo soltar mi mano y morir- dijo tomando con más fuerza mi muñeca. -Déjame ir, solo tu puedes detener esta locura- dije derramando unas cuantas lágrimas empezando a soltar su mano. -No por favor, no me hagas esto... Te amo- dijo tomando mi muñeca. -Más que a mi propia vida- dicho esto lo solté por completo. Lo único que escuche fue esa hermosa voz que me hacía sentir tantas cosas y dejándome caer a él precipicio en llamas empece a recordar todos esos bellos momentos que pase a lado de Alec.