Catherine es linda y cree en el amor, más bien, creía en el amor.
Después de terminar una relación de tres años Cat decide renunciar por completo al amor y es que ella jura que tiene 100 razones para no enamorarse, las cuales anota en su libreta diariamente.
Torrens, su mejor amiga, cree que Cat exagera, por lo que deciden hacer una apuesta.
Si Cat se enamora antes de llegar a la razón 100 le comprara unos Skittles a Torrens, en cambio, si Cat termina esas 100 razones sin enamorarse entonces Torrens deberá comprarle un nuevo teléfono.