- Daniel, ya he conseguido solucionar el problema por el cual acudistes a mí, ahora márchate.- dije abriendo la puerta - Sabes que yo.... - Sabes que tú sólo eras mi cliente- le interrumpí mientras miles de lágrimas recorrían mis mejillas. - Pero Clara, tú.... - Yo te odio, imbécil- le interrumpí cerrándole la puerta en las narices y él se marchó. Deslicé lentamente mi cuerpo por la puerta hasta quedarme sentada. Escondí mi cabeza en las rodillas y comencé a llorar más fuerte. ============================ Se prohiben todo tipo de copias de ésta novela, así como adaptaciones. Todos los derechos de autor.