Hola, mi nombre es Gabrielle. Desde hace miles de años, los seres humanos hemos querido saber quién es el culpable de que nos enamoremos perdidamente sin razones aparentes, en otras palabras, hemos vivido queriendo conocer a, ya sea un murciélago, un ángel, un demonio, o un niño rechoncho con alas y un arco, Cupido. Y yo personalmente, voy a ayudarlos a atraparlo... o a contarles como lo hice, en veintidós pasos sencillos. pero ojo, el resultado puede no ser el deseado, y tiene sus peligros. Esta es la historia de cómo capturé al niño de las flechas, al culpable de todos los enamoramientos fallidos y no fallidos, a Cupido en persona.
-¡Quien demonios eres! Y por qué me estas apuntando con esa... esa cosa...-
-Flecha.- Me interrumpió.
-¡Sí, eso!- Grité conmocionada, el muchacho no dejaba de apuntarme con la flecha perfectamente colocada en el caraj, oh, pero no se quedaría así.
-Soy Cupido, ¿Que no es obvio? Alas de plumas suaves y rosadas, hermoso aspecto de dios griego, arco, flechas...- Mientras señalaba lo obvio, hubo un golpe con una lámpara, mio por supuesto, el muchacho cayó de la ventana sin abrir sus alas rosa, ups, ups, ups. Miré por la ventana hacia abajo, estaba tendido sobre el césped, sin moverse, y la flecha estaba clavándosele en el cuello. Ay no... ¡Maté a Cupido!
En el amor, nadie puede elegir a su amado. Nadie, absolutamente nadie, elegirá cómo enamorarse o saber siquiera si es la persona correcta. Muy pocos saben elegirlas, y otros lamentablemente no corren con la misma suerte.
A menos que conozcas a un ángel cuyo nombre es Cupido (Eros), que este te asegure traer a tu vida lo que tanto deseas en el amor y, además, con la persona que le dedicas las últimas páginas de tus cuadernos, las canciones románticas, sueños y amor profundo.
Cuando Cupido toca tierra, los llamados por encontrar el amor en sus vidas son atendidos, con la esperanza de que un arco, flechas de oro y plomo sean las respuestas para sus amores casi imposibles o los que aún no conocen.
Algo similar solicitó Gea, quien mantenía una fuerte atracción por Franchesco Pierre, su amigo y compañero de clases. Y el destino... o mejor dicho, Cupido, se presenta en la vida de Gea luego de que esta pidiese sus servicios en el amor. Sin saber que este pequeño acto inocente traería complicaciones a su vida y nuevos lazos amorosos no planeados.
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Portada por: @syuarr
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Historia e idea de mi propiedad, no usar ni plagiar. Gracias, feliz vida!