Ella, mi niña, la quiero con todo mi ser, no puedo pasarme sin ella ni un segundo de mi vida... la amo tanto. - Pero este será nuestro secreto papi..., me dijo cerrando poco a poco sus dulces ojos marroncitos. Después de esta noche, nunca la olvidé. Pensaba que una chica me daría lo que quería, y mañana ir con otra y así hasta que me cansara. Pero, no paso como yo lo quería, al final me enamoré de ella. Pero no podía hacerlo, no podía enamorarme de una chiquita. Yo 28 putos años. Ella 16 pequeñajos años. No podíamos hacer esto, pero el amor lo impidió, y seguíamos hasta aquel día...