Las personas suelen acostumbrarse a la rutina, seguirla casi religiosamente, es por eso que cuando se aproximan cambios, es inevitable sentir miedo ante lo desconocido, a no tener la certeza de que es lo que sucederá el siguiente día. Sin embargo, cuando somos jóvenes, es casi inevitable huir de los cambios, ya que constantemente están abriendo y cerrándose ciclos en nuestras vidas. Aislarse de todo no es la mejor opción, pues siempre habrá algo que vuelva tu mundo de cabeza cuando menos lo esperas. Y posiblemente aprendas, que lo desconocido no siempre debe ser visto como algo aterrador.