Y todo por unas cerezas... La rivalidad entre esas dos familias había llegado muy lejos y era hora de que acabase. Cuando el hermano de Olivia murió en el hospital, luego de resultar gravemente herido en una pelea con el menor de los Johnson, decidió que era hora de hacerse cargo de la situación y terminar con esa enemistad de una vez y para siempre. Liv había leído demasiados romances medievales y estaba segura de tener la solución perfecta -aunque eso significase sacrificar su propia libertad- Sí, ella estaba dispuesta a contraer matrimonio con uno de los hijos del eterno enemigo de su padre, tal y como las hijas del jefe del clan lo hacían en sus novelas. Pero había un pequeño detalle que podía convertirse en un gran problema: ¿Cómo iba a convencer a James Johnson de que su propuesta era la única salida a todo aquello? Conocé a los Capuleto y los Montesco del siglo XXI.
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