Después de la boda y de cumplir el contrato puesto por el abuelo de Jonghyun, Zoe y él se embarcaron en su viaje de Luna de Miel. A pesar de haberse prometido amor eterno, Zoe comienza a dudar si podría ser una buena esposa desde su primera noche de bodas. ¿Cómo le puede decir a Jonghyun que a sus veintitrés años ella sigue siendo virgen y teme decepcionarlo? La imagen de Sekyung viene a su mente y se da cuenta es posible que ella no logre superar las expectativas que Jong ha tenido de su ex. Un segundo obstáculo se interpone en la felicidad de la pareja, ya que se enteran que el testamento del abuelo nunca fue leído y que aquel contrato queda anulado y comenzarán de nuevo cambiando todos los planes que ya tenían. La empresa sigue en peligro y si no cumplen con el único deseo del abuelo es probable que los dos pierdan su único patrimonio. ¿Qué puede ser peor que casarse sin contemplarlo? Quizá tener un hijo sin desearlo.