Ser la dama de honor eterna, pues sí. Ya era algo que se había convertido en su trabajo, era titulada en programadora de eventos. No sólo acompañaba a la novia, también se encargaba de organizar su boda y eso incluía también la fiesta después de ella. Había pasado por tantas bodas, de estar vestida con un traje de smoking a vestir un kimono. Ese día era especial para la novia y si tenía que vestirse 'ridículamente' para que ella fuera feliz lo haría, ya que era su día y tenía que salir todo muy bien. Quizás era buena para hacer esto porque creía en el romanticismo. Desde pequeña había soñado con su boda... Pero nunca pensó en organizar la boda de su hermana con el hombre de sus sueños. **ADVERTENCIA** No me hago responsable por traumas. Vocabulario no apto para menores de edad. Dicho esto, disfruten la novela.