Acababa de terminar el entrenamiento y estaba saliendo del centro deportivo con mi amigo Marc, un chico que me había llamado la atención desde que lo conocí, cada vez me caía mejor y pensaba que ese sentimiento era mutuo, ya que éramos los únicos del grupo de entrenamiento con la misma edad. Hoy había sido un día duro e intenso, con varias series de velocidad y ejercicios en el gimnasio, debíamos de estar preparados para las competiciones que se aproximaban, de lo que no estaba preparada era del beso inesperado que me dio mi compañero de entrenamiento cuando estábamos a punto de coger el tranvía para volver a casa.