El hombre venía con su vestuario, sentándose en la misma mesa del local, la habitual, las jóvenes meseras siempre se concentraban en el enrulado joven, sus ojos nunca eran vistos, gracias a unas gafas oscuras Prada, que decoraban su rostro, abrigado por una chaqueta, esta le llegaba del cuello hasta sus piernas, nunca se concentraba en el interior del CoffeeCup que era el nombre de la cafetería, el hombre era extraño, era serio, frió, con un rastro de sequedad en su ronca voz, ninguna chica se dignaba a hablarle, tiene un nombre que a nadie le gustaba pronunciar, era tenebroso, pero los comentarios nunca detuvieron las mañanas matutinas de Edward para tomar su capuccino.All Rights Reserved
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