Solo él podía ayudarlo, Makoto lo sabia. -Rin.- Le llamo en un susurro.- Por favor...cuida de Haru. Rin no levanto la mirada, solo continuaba allí, sentado al lado de él, sollozando en silencio mientras apretaba con fuerza su mano, como si en cualquier momento Makoto fuera a desaparecer. Asintió. Una, dos, tres veces. -Te lo prometo.- Dijo entre sollozos mientras las lagrimas corrían con mas fuerza por sus mejillas.- Te lo prometo.- Susurro al tiempo que el aterrorizante sonido de la muerte hacia su aparición. Rinharu.