Intrepidum

La guerra había acabado, pero su fin había traído hambre, tristeza, nostalgia y un sentimiento de unión que ni la sangre podría conseguir. Se habían formado pequeños grupos -llamados familias- de fugitivos, huérfanos, personas sin hogar, gente que necesitaba gente... Cada uno tenía sus razones para formar parte de una familia.

La guerra lo había masacrado todo, por motivos ajenos a las familias, y había dejado grandes cicatrices en la piel, en los recuerdos y en la historia de cada uno de ellos.

Cuando la guerra acabó la tristeza aún reinaba las calles, no se oía ninguna risa ni carcajada, las caras de habían olvidado de sonreír y nadie hacía ningún esfuerzo para recordarlo. Todos ignoraban y habían olvidado las razones de esa lucha sin sentido.

Durante y después de la guerra se escuchó un lema, y esa fue la razón por la cual muchos aún tenían esperanza de vivir. Estaba escrito por las calles y a veces se oía gritarlo a alguien: "UNIDOS PERMANECEREMOS VIVOS".