Una historia que contar. Una enfermedad que fue oculta para no causar daños ni tristeza y un joven corazón que el tiempo ha reclamado como suyo. -¿Cómo pudiste ocultarme algo así? tenia derecho a saberlo, dijo con su voz comenzado a quebrarse y con él rostro contraído por la furia y la tristeza. -Lo siento pero era lo mejor para ti, no se cuanto tiempo pueda seguir viva, tampoco se si el tratamiento funcione o sí exista algún donante, y lo que definitivamente no quería era ésto que me miraras de esta maldita forma. Dije ya con el rostro bañado en lágrimas que me fueron imposibles de detener.
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