Mírame a los ojos y repítemelo.-Dije con los ojos llorosos. -Entiendelo, estoy muy enamorado de tí, pero esto no puede ser.-Sus manos rozaron suavemente mis mejillas por las cuales descendían lágrimas llenas de dolor y tristeza. Aparté su mano de mi cara. -Lo siento.-Dijo triste. Se acercó a mi y me besó. Nuestro último beso, el de despedida.- Adiós Gab.- Y se fue sin que me diera tiempo a reaccionar. (...) -¿Así que se acabó?¿Para siempre? -Para siempre.-Y me fui corriendo de casa dejando a mi hermano solo en ella.