Anna no habla y eso le genera una gran cantidad de problemas en la escuela. Pero a ella no le interesa. Por el momento tiene algunas preocupaciones más importantes, como el hecho de escuchar en su cabeza la voz de su madre desaparecida pidiéndole ayuda, o que su padre la obligue a vivir en el vivero del jardín de su casa y que le prohíba entrar en ella porque “es muy peligroso”. Pronto Anna comienza a desconfiar de todo: de que su madre haya desaparecido, de que su padre no sepa dónde se encuentra ella y de que la casa sea realmente peligrosa. Lo que Anna no sospecha es que, para saber la verdad, debe estar dispuesta a correr peligros que ni siquiera puede imaginar, en un mundo oscuro, plagado de enemigos letales y traicioneros. Y que ya no puede confiar en nadie, ni siquiera en su propia sombra.All Rights Reserved
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