Y allí estaba de nuevo Ashley Cooper con su espectacular sonrisa y sus magníficos ojos azules. Iba vestida con unos shorts negros y una camiseta de tirantes de color blanca con la frase "Rock is killing us" y en su mano izquierda llevaba el delantal de la cafetería en la que ambos trabajábamos, Coffee Blackbird. - ¡Buenos días, Ross! - Me saludó justo antes de darme un beso en la mejilla. - Buenos días, Ash. Nunca entendí como levantándose a las 8:30 siempre tenía ese entusiasmo en su voz. Era una persona demasiado especial. -¿Has traído donuts? - Me preguntó desde su taquilla. -Claro que si, sino sé que me matarías - Me puse a limpiar las mesas, ya que en 30 minutos abriríamos la cafetería para el público. - Anda siéntate - Me pidió. - Tengo que acabar esto primero - Escuché como se aproximaba hacia mí. Puso su mano sobre la mía - Luego lo acabaremos los dos pero primero hay que desayunar ¿Vale? - Me dijo con su habitual sonrisa en la cara. - Vale - Los dos nos sentamos en los taburetes que estaban en la barra y empezamos a comernos los donuts. Me encantaba pasar tiempo con ella, siempre conseguía sacarme una sonrisa y hacia que mis días fuesen mejores. Nos conocimos el día en el que empezamos a trabajar en la cafetería; los dos necesitábamos dinero para pagar el alquiler y encontramos el anuncio en el periódico. Ese día fue uno de los mejores. Unos días después de empezar a trabajar en el local, me di cuenta de que aquella chica me gustaba, me gustaba mucho pero no se lo dije... Tenía miedo de que no sintiera lo mismo pero ocultar mis sentimientos tampoco me hacia bien. ¿Qué podía hacer? Necesitaba consejo, y quien mejor que mis hermanos y mi mejor amigo.
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