En un lugar de Argentina, que no me quiero acordar dónde es, me encuentro encerrado junto a mi equipo de colegas en una sala a prueba de sonido. Lo que sucederá en unas horas será extraordinario, simple y devastador. Y aunque nada irá a matarnos; nada irá a pasarle a nuestro mundo; nada irá siquiera a lastimar uno solo de nuestros cabellos, será el fin. La vida como la conocemos, acabará.