Aquella muchacha no hablaba con nadie, vivía alejada de aquel pequeño pueblo de pocos habitantes, tenía una rutina nocturna, su mejor amigo era un desdichado cuervo lleno de melancolía que la acompañaba en sus despechadas tardes y noches. Aquella muchacha de corta edad podía ver algo, algo que siempre le atormentaba y que no podía deshacer, porque ella no lo pidió. Tal vez por eso no duró, tal vez por eso sus vecinos no la llegaron a conocer. Tal vez por eso, luego de mucho tiempo la encontraron como alguien sin vida. Tal vez por eso Lorelai podía verlo. ... Primera parte de la recopilación de "Almas Solitarias y Pájaros". Se prohibe copia total o parcial de la obra.