Mi vida era una miseria, tan sólo rodaba alrededor del alcohol y chicas que no conocía. Trapicheos para vivir con los lujos de los que dispongo. Carreras y velocidad. Velocidad, y mucha, pero nada más. Hasta que mi mirada choco con la suya, esos ojos verdes esmeraldas que transmitían una necesidad por vivir inmensa, de los que me quede cautivado desde el primer momento. Pero ella no es tan fácil de tratar, es diferente, cada charla con ella termina en pelea y es que cada vez que me acerco a ella sus muros se hacen notar demasiado. Unos muros creados y forzados de las más jodidas heridas y cicatrices. Muros gruesos y fuertes que no estoy acostumbrado a derribar, estos no necesitan fuerza para hacerlos caer, necesitan sentimientos... Una odisea hasta ella que merece la pena más que nada en mi vida, y no pararé hasta que sea mía. Segundo libro de Mi asfalto, tu cuerpo. El primero narrado desde el punto de vista de ella, éste, el segundo, narrado desde el punto de vista de él.