Lydia se queja de que vive en un pueblo aburrido en el que nunca pasa nada, pero todo cambia cuando, junto con ocho adolescentes se apuntará a un supuesto campamento de verano en el que todos ellos tienen poderes que provienen de sus padres, miembros del Círculo. Ahora el poder es suyo, y tendrán que utilizarlo para enfrentarse a los representantes de la luz negra, los Daraks.