Una simple regla. No te enamores. —No te enamores, Jade. —No puedes decirme eso, Harry tu sabes que ya lo estoy—podía sentir mi vista nublandose. El ruloso sonrío burlón. —Sabía que esto pasaría, no voy a decirte lo que quieres oir porque no te amo Jade y tú lo sabes. —Si no me amas ¿qué es esto, Harry? ¡que mierda es esto!—grité con furia. —Simple. Un juego. —dicho esto, soltó una carcajada.