Cinco personas. Con un olor parecido pero igual de peculiar y aterrador que la humanidad le ha temido durante siglos.
Un amor imposible, un amor condenado, un amor correspondido y un amor no correspondido.
Cada uno con un poder, cada uno con una responsabilidad, cada uno con un sacrificio.
Querrán cambiar el curso de la naturaleza los secundarios, los primarios querrán tan solo ser un simple mortal.
Las palabras de los originales fueron.
Fuego: El elemento más destructivo, violento y letal de todos. Solo alguien de buen corazón podrá controlarlo y podrá convertirse en la luz que guiará a todos.
Agua: El elemento de más fuerza, más puro y más manipulador de todos. La persona que pueda manipularlo de manera adecuada no solo salvará vidas, también las podrá arrebatar.
Aire: El elemento más vulnerable, satisfactorio y sublime. Solo la persona que pueda expresarse como es en realidad, soportará el poder de los cuatro vientos cardinales.
Tierra: El elemento más ambicioso, tan letal como quiera ser, tan noble como se permita ser. Solo la persona más valiente podrá averiguar cuál es su destino, pero también podrá hacer que como dar vida, agotar a cualquier cosa, animal o persona viviente.
Sueño: Un nuevo elemento, tan manipulado por el hombre como odiado entre los suyos, el más traicionero y el más requerido. Tendrá que poner muy en claro sus ambiciones, sus metas, sus riegos, pues al no ser un elemento de tierra es el más influenciable y el más arrogante de todos.
Ellos deberán elegir entre o ser un ángel o ser un demonio. Sí no es que sus decisiones del pasado no los permitan decidir sobre su futuro.