Escribo una carta diaria, que se que nunca enviaré, puede que las quemé, oh que las deje en el ático, oh puede que las relea todos los días, para sentir aquellos sentimientos vividos junto a ti y sin ti.
Me metí en este juego de alto riesgo por una sola razón: salvar a mi hermano de una deuda que lo estaba consumiendo. Pero nada podía prepararme para lo que encontré al entrar en este mundo de apuestas y secretos. Mi hermano estaba allí, pero no estaba solo. Y entonces, mi corazón se detuvo al ver una cara que creía haber olvidado para siempre... la de mi ex pareja.