Tras percibir el frío camino dibujado con sus dedos cual hielo ardiente, una corriente eléctrica sacudió de nuevo mi cuerpo resultando en un suave pero potente espasmo. Le siguió un húmedo pero ligero contacto entre su labio y el mío.
Pausado.
Se escucha un tic tac tic tac al desprenderse el uno del otro.
Casi inexistente.
Pues rápido sus labios me buscan, fuertes y tajantes, cada vez más intensos.
Comienza un bucle, él no puede parar, y yo tampoco.
Su lengua encuentra la mía y la hace bailar, arriba, abajo, gira, vueltas da muchas vueltas, aunque la deja respirar tras varios asaltos, y es ahí, de nuevo donde recupera su baile.
Sin previo aviso retrocede, y su mirada se clava en mí cual cuchillo afilado provocando la explosión de sensualidad acumulada. Atraviesa mi cuerpo con sus ojos y lentamente recorre el filo de mi cintura hasta posarse en su objetivo.
Y al instante yo encuentro el mío a la misma altura de su cuerpo.
Ah.
Ahí esta, se hizo dueño de lo que tanto ansiaba y recorre cada parte de mi ser.
Arriba, abajo, gira, vueltas da muchas vueltas, y su lengua vuelve a bailar en mí.
Dentro de mí.
Yo sin embargo, no podía esperar y ansiaba mi premio tanto como él el suyo.
Aparté su estremecido rostro de entre mis piernas y corrí a deleitarme con mi tesoro más preciado, mi juguete, mi comida.
Toda yo era un volcán en erupción.
Envuelta en mi deseo me hice con ello.
Ah. Gritaba él.
Ah. Respondía yo entre los pocos sutiles sollozos que lograba pronunciar.
Todo él era dulce, amargo, intenso, suave. Espesa espuma resbaló sobre mí y me hice parte de él.
Su deseo aumentaba por momentos y su furia al no ser mi dueño ya, también.
Agarró mis manos, fuerte muy fuerte, sellando en mi piel sus dedos, y con precisión procedió a inmovilizarme desprendiéndome de mi juguete.
Ardíamos de pasión.
Sus mejillas se ruborizaban cada vez más y yo me encontraba paralizada a la vez que ardiendo en deseos de ser en esta ocasión,
Sus brazos rodearon mi cintura, mi corazón palpitaba cada vez más rápido. Sentí sus dedos recorrer lentamente mi piel, sus labios se depositan en mi frente dandone un beso suave, tierno, sincero. Lentamente besó cada espacio de mi rostro.
Mis manos acariciaban su firme abdomen desnudo, poniendome de puntitas en sus pies descalzos dirigí mi mirada hacia su rostro, sus ojos
buscaban entre los mios algun indicio, alguna señal. Baje el rostro y él lo tomo entre sus manos -Todo estara bien, dijo -asenti mientras sus labios se posaron sobre los mios. Un beso tierno, lento y suave que poco a poco se volvía agresivo y rápido y... Excitante.
Desperte a su lado, mientras él me observaba con ternura.. Ahora eres mia, dijo con una sonrisa picaresca.