Cuentos de Hadas

Había una vez una muchacha a la orilla de un abismo. Miraba a su alrededor y todo se encontraba destruido, solo él se encontraba de pie, mirándola fijamente.
Ella esbozó una sonrisa aliviada y extendió su mano para tocar el rostro pálido del muchacho. El serró sus ojos al sentir su tacto unos segundos para cambiar su noble expresión por una macabra sonrisa.
-Olvídalo, este no es como uno de tus cuentos de hadas- dijo el muchacho mientas retiraba la pequeña mano de su rostro con desdén y tomaba a la muchacha del cuello, inclinándola peligrosamente hacía el abismo- aquí no hay finales felices.
Entonces sus fuertes manos la soltaron.

" Desde que era niña y mi papa me contó aquel cuento creí en la magia, aunque esta nunca se me presentará...Hasta que un día la magia me topó de frente y cuando menos me di cuenta ya me estaba devorando por completo. Sin embargo en medio de todo ese caos había un solo ser que podía dar calma.En medio de todo ese caos sólo se encontraba él."