Pasar todo el verano trabajando en el rancho de su abuela Susana no sonaba como el verano que Amy había deseado. Lo que ella no sabia era que ir seria la mejor decisión de su vida, no sólo para olvidarse de los problemas familiares en casa, sino también porque sería una vida completamente diferente y sin duda mejor a la antigua, sin importar que también tuviera algunas decepciones. Cuando conoce a Melissa, y más tarde a Nicolas, dos chicos pueblerinos con un espíritu muy aventurero, es que comienza a dejarse llevar por si sola y se da cuenta de todo lo que se había estado perdiendo, mientras que el tiempo avanza y el verano se acaba.