La historia se desarrolla en un internado para jóvenes que estudian la secundaria. En este internado, que pertenece a una religión, tiene lugar el encuentro de siete jóvenes que llegan a formar un grupo muy singular. En la novela se narran las vivencias de los protagonistas que coinciden en una misma casa y establecen entre ellos relaciones que van desde la amistad, la competencia, la envidia y la traición. Pero lo más importante es la complicidad, y cuando los protagonistas se reúnen llevan a cabo actividades ilícitas como son robos o ataques a otros compañeros. La novela está narrada en primera persona por siete narradores distintos. Esto le da una interesante gama de posibilidades y puntos de vista; además, da entrada para que cada uno de los narradores pueda mirar retrospectivamente sucesos familiares que siguen influenciando su comportamiento. Es un viaje por los sentimientos, visiones, pensamientos de los protagonistas que se encuentran entre el presente y el pasado, entre la casa familiar y la casa que habitan en el internado. Con ello se logra un interesante contrapunto: un entrar y salir, en donde las referencias (externas y lejanas) dan sentido a las vivencias experimentadas en el internado. Es una novela que cuenta más cosas de las que aparenta; que despliega otros sentidos más allá de los que son visibles; sentidos que entran y salen, permanecen, se ocultan, y flotan en el ambiente, en los pensamientos, en los diálogos, en las historias contadas. En fin, es una novela entrañable, conmovedora, y por momentos, sumamente divertida.
Una noche en Las Vegas cambia la vida de Nailea, cuando despierta casada con Alex Milani, un carismático piloto de Fórmula 1.
Lo que comienza como una farsa para evitar un escándalo mediático pronto se convierte en un torbellino de emociones, atracción y secretos.
Entre el brillo de los eventos de alto perfil y las sombras del pasado, Nailea y Alex deberán enfrentarse a sus diferencias y a una conexión inesperada que podría unirlos... o romperlos para siempre.