Kate corrió a toda velocidad. No paro de llorar lo cual nublaba su vista. La calle como siempre estaba desierta así que no se molesto en correr por la acera. Cubrió su cabeza con la capucha de su viejo saco de ejercicio y huyo de su casa, de su madre, de su padre, de su triste vida. Felipe apretó el acelerador. Estaba llegando tarde para encontrarse con Mellisa. Sin frenar en los pares como un conductor decente siguió adelante. Tenia que volver a "Las bocas de dragón". Esa noche acobijo a ambos amantes. La oscuridad fue la aliada de el destino cuando en un momento de descuido de ambos chicos, el auto choco con el cuerpo de una muchacha en medio de la calle. La tenue luz de los faros de el carro iluminaron el cuerpo de un corredor y sucedió lo inesperado. La pelirroja salio volando por los aires para aterrizar en el vidrio trasero de el automóvil, el conductor estrello su cabeza contra los vidrios rotos y ambos quedaron inconscientes. El auto siguió adelante hasta chocar con un poste de luz el cual por el impacto callo contra las corrientes de energía de el barrio causando así un apagón en todo el sector.