"-Toda tu vida va a cambiar, humano-dijo ella con una sonrisa dejando caer su peso sobre su espada.
-Me adapto bien a los cambios-le dije devolviéndole la sonrisa, luego agarre su muñeca y tire de ella..."
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Voy a contarte mi historia. No porque haya sido un héroe o haya salvado al mundo, ya que estuve muy lejos de esas dos.
¿Traicione a mi propia especie, mi mundo? Tal vez, pero no fue por rencor, por un afán de gloria o un estúpido ideal; no, fue porque descubrí una verdad, la cual me era imposible cerrar los ojos y negarla, la cual había penetrado tan adentro de mí, que di todo por ella.
Ahora soy viejo, aunque he vivido mucho más de lo esperado, sé que no podre estar ahí para cuando me necesites, tal vez ni siquiera tu madre siga con vida. Por eso te cuento mi historia, porque somos simples creaturas, cuando por fin nos hemos levantado nos caemos de vuelta. Guerras ha habido, hay y habrá, porque en esta vida traicionera nunca hay verdaderamente paz hasta que se llega a la última meta.
He combatido en dos guerras, muchas veces pensé que mi vida terminaría, pero te darás cuenta que por alguna razón sigo sobreviviendo, he sufrido mucho, pero sigo sonriendo. Lo único que verdaderamente me preocupa es la guerra que tú vas a tener que afrontar, una guerra que nadie tendría que pelear.
¿Te preguntaras cómo es que sé de esta guerra, si tú todavía ni has nacido? Bueno seré viejo, pero no ciego, he vivido lo suficiente como para saber cuándo una lucha se aproxima.
Y por eso te cuento mí historia, de cómo conocí a tu bisabuela, como pelee a su lado, y de cómo me enamore, no solo de ella sino de la vida que ella me ofrecía. Y así fue como me convertí en un guerrero, un guerrero de paz.