El cuerpo de él yacía tirado en el suelo, sin vida, ella desesperada trató de hacer lo imposible por traerlo hacia la vida nuevamente, pero nada sucedía. Pero lo que no sabia, era que el la observaba a su lado, todo se tornaba oscuro y las llamas consumían rápidamente el lugar, fue cuando escuchó a alguien gritar su nombre. Ya era demasiado tarde, ella había causado todo. No quería volver, no quería vivir atormentada por la culpabilidad de nuevo, lo único que deseaba era alejarse de todo para estar en paz, ella fue la causa y debía desaparecer. La hija de Zalgo merece estar muerta. ¡Sorpresa! Ella ya estaba muerta. ~Sea