Myna está en su último año escolar. No sabe cómo ha sobrevivido todos estos años pero lo ha hecho. Claro, que ha ayudado el hecho de que casi nadie la conozca. Limitándola a situaciones que cualquier marginado tendría. Sin querer, una situación hace que conozca a un chico: Yeray. El típico chico malo y atractivo de todas las escuelas. Pero ella ve otra cosa en él, para sus ojos solo es un chico dolido por la vida que intenta ocultarse tras esa fachada de macho malo, como comúnmente sucede en las novelas que ella lee. Algo curioso de este chico, o que al menos ella lo considera curioso es que él siempre dice: Las coincidencias no existen.
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