--¿Te he dicho que me pareces encantador?
--Muy bien, Wirt, ¿cuánto has tomado hasta ahora?
--Ni una sola gota, te prometí mi sobriedad, y eso hago.
Dipper se acercó más, intentando oler el aliento de su compañero de cuarto.
Inhalo un poco, esperando cualquier tipo de respuesta capaz de incriminarlo.
Pero no.
Estaba sobrio.
--Bien, vamos, tanto cigarro en el aire te sienta mal. Ven, salgamos por un poco de aire.
El chico de suéter azul marino siguió a su compañero por la cabaña, acompañándolo hacia una entrada secreta hacia el techo construida por Wendy hacía años.
Ambos se sentaron en el borde, observando el cielo estrellado.
Entonces, Wirt lanzó la pregunta.
--Dipper, ¿por qué aceptaste el intercambio en primer lugar?
En Gravity Falls, nada es lo que parece.