Existen personas que están destinadas a encontrarse sin realmente haberse deseado. Ella era una de esas personas para mí. Cuando la vi fue blanco y a la vez fue negro. Fue ese tipo de sensación de haber vivido mis mejores años a su lado, aun cuando éstos jamás sucedieron; y fue haber renacido en su par de almendras castañas. Era extraña, y una maravilla más de la vida. Era un regalo divino y maligno al mismo tiempo. Era simplemente ella.