17 Partes Continúa Hija del Sol y la Luna
Dicen que cuando el sol y la luna se cruzan en el cielo, el mundo contiene la respiración. Lo que nadie sabe, es que de esa unión nació algo único.
Mi madre es Selene, diosa de la luna, guardiana de los cielos y madre de los hombres lobo, las hadas y los ángeles. Su luz es suave pero poderosa, su voz puede calmar tormentas o desatar vendavales.
Mi padre es Aelius, dios del sol, creador del fuego, protector de los vampiros, las brujas y los demonios. Su mirada es como el amanecer: cálida para algunos, devastadora para otros.
De su amor prohibido nací yo. No soy una diosa en sí, sino una deidad, hija de la luz y la oscuridad. Llevo en mi alma el equilibrio de ambos mundos, y por eso, mi destino fue sellado desde el comienzo.
Mis padres crearon un reino oculto en el corazón del bosque, un pueblo que no figura en mapas ni canta en leyendas. Aquí, bajo la protección de mi poder, conviven criaturas que en cualquier otro lugar serían enemigos: vampiros, lobos, brujas, hadas, híbridos. Todos unidos... bajo mi guía.
Desde hace 900 años, vivo encerrada en el castillo que domina este reino. No por debilidad, sino por el miedo de mis padres a que el mundo me haga daño. Pero yo no temo. ¿Cómo podría temer alguien que nació con los dones de ambos dioses?
A veces me pregunto si el amor que ellos compartieron fue real. Si yo también tendré a alguien destinado para mí. Un alma gemela. Un mate, como los hombres lobo llaman a esa conexión sagrada.
Pero los siglos han pasado y no he encontrado a nadie.