Durante aquella noche en el concierto, Apollo nunca estuvo mirando a Juniper. Sus ojos siempre estuvieron enfocados en una sola persona, pero no era ella. Sus oídos nunca escucharon su bello canto, sino en el dulce y armonioso rasgueo de las cuerdas de guitarra que entonaban aquella canción que escuchó por primera vez y lo cautivó. Sí, la persona que tanto estuvo admirando en aquella actuación era él, Klavier Gavin. K x A y A x J