La vida trae regalos buenos como malos, pero para este hombre, la vida le dio el mejor regalo que cualquier hombre pudo tener. Nada de lo que estaba por venir sería fácil, pero el lucharía. El no se rendiría. Ahora tenía por quien velar y proteger, no dejaría que nada le pasara porque ella era su mayor regalo. —Te amo papi —dijo alegremente. —Eres mi mayor regalo —contesto mientras le daba un beso en la frente.