-¿Sabes qué es lo peor de todo? -¿Qué? -dijo sin siquiera echarme una ojeada. -Que ni siquiera me escuchas -contesté llevando la vista a donde la tenía él-. Estúpido rulos. Esta historia es totalmente mía, todos los derechos son reservados. Si quieren usarla, pedir permiso.