Querido diario: ¿Por qué la vida es tan difícil? Cuando me sorprendieron robando, creí que el mundo se derrumbaba. Fue una estúpida travesura, pero eso no fue lo peor: la jueza me impuso una pena de trescientas horas de servicio comunitarios. ¡Toda una eternidad! Claro que nunca hubiera creído que me encantaria trabajar en un centro asistencial, y que alguien como Levi se cruzaría en mi camino. Desde que lo conozco, me siento otra persona. Tenemos tantas cosas en común, y se nos acaba el tiempo...¡ Ahora quería que esas trescientas horas fueran eternas! P.D: ¿Cómo se le dice adiós a alguien que se ama?