Prólogo. Forks era un hermoso pueblo, a pesar de que el sol a penas se animaba a regalar sus rayos, los días grises y sus nubes cargadas no le quitaban lo bello que era vivir ahí. Cuando las nubes daban paso al sol su belleza resplandecía, un pueblo de pequeñas y grandes casas rodeadas de un extenso bosque con los tamices del verde. Y una playa un poco mas allá, a las fuera del pueblo, donde se hacían fogatas durante las noche de verano. Vivir ahí era tranquilo, alegre y a todos se los podía ver felices. Las familias más reconocidas y respetadas del pueblo eran la del Dr Cullen, la del Comisario Swan y de la Directoria del Instituto la Sra. Denali. Ellos eran amigos desde que eran adolescentes, habían nacido y crecido en ese pueblo. Formaron a sus familias ahí, por lo que todo el pueblo los conocía. Sus hijos casi se criaron juntos, a pesar de las diferencias de edades, que no eran muchos años, eran un grupo unido e iban casi siempre juntos a todos lados. Las cosas comenzaron a cambiar de manera lenta. Se podría decir que fue un trabajo fino con una cosecha dolorosa a futuro. Pero nadie sospechaba nada ni de nadie. Nadie sospecho jamás que la vida de muchos iba a cambiar de formas drásticas para algunos y favorables para otros. Los objetivos eran dos, dos personas maldecidas desde que abrieron sus ojos por primera vez. Les fue permitido un crecimiento feliz, lleno de amor, alegrías y sonrisas. Cuando llegara la hora de irse del pueblo, ellos solo podrían tener esos recuerdos. Destellos de que en sus vidas algunas veces hubo sol.