-Solo ha habido una chica en la vida de L -dijo Watari después de un largo rato de silencio. -¿En serio?¿Solo una? Bueno, sé que Ryuzaki es un poco antisocial pero estoy seguro de que...- Matsuda se quedó en silencio al ver la culpa en el rostro del anciano. -He dicho solo una. Matsuda asintió un par de veces, arrepentido por insistir. -¿Cómo es? ¿Cuál es su nombre? - preguntó, sin imaginar la abismal cantidad de recuerdos que desenterraría. A Watari se le anegaron los ojos de lágrimas, aunque trató de disimularlo con un carraspeo antes de responder. -____ Craven. Era una huérfana del Wammy's house. Se conocieron ahí. Era una de las mentes más privilegiadas que he conocido -respondió y tragó saliva para deshacer el nudo formandose en su garganta. Hacía años que no pensaba en la pequeña. (Lo lamento tanto... No tuve otra opción. No me dejaste otra opción.) -¿Era? -Matsuda se reincorporó sobre su asiento de cuero, más despierto que antes- ¿Acaso murió? ¿Qué le pasó? De pronto necesitaba desentrañar el misterio alrededor a esa chica, más de lo que nunca deseó desentrañar algo antes. La chica que tenían el corazón del detective más importante del mundo sin duda tenía que ser un espécimen fuera de lo común. -Eran un par de genios que solo querían ayudar. Cuando le dije a L que estaba muerta, cayó en un estado deplorable. Seguro no puedes imaginarlo, pero por entonces creíamos que se dejaría morir de pura tristeza para seguirla. -¿Como fue que murió?- Watari se miró las manos surcadas de arrugas, tratando de obligarse a dejar de temblar. -No lo hizo. La mandíbula de Matsuda cayó por los suelos. -Entonces -se animó a decir por fin -¿Qué pasó con ella? -Tuve que alejarla de él. Tuve que hacerlo. Era demasiado peligrosa. Demasiado lista. De no haberla enviado lejos, lo arrastraría con ella a la locura y... habría terminado por matarlo. ~~~ Nota: la historia se encuentra actualmente en edición ^^ me
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