-Tal vez solo estás buscando enemigos en todos lados sin darte cuenta de que tú eres tu propia enemiga -dijo la psicóloga de Jade con un tono de voz que, sin que Jade lo notara, buscaba distraer su atención de lo que realmente sucedía dentro de ella y lo que había sucedido una semana antes en la sala de pruebas del psiquiatra. Lo que sea que le hubieran hecho a esa Jade de once años la tenía sin calma y sin sueño. -Entonces soy mi mejor enemiga - respondió Jade con la mirada baja, pensando en el tono de voz que utilizaba esa mujer y escuchando los susurros de Neo-. Nadie podría hacerme sufrir de la manera en que yo lo hago.