- ¿Qué haces por aquí?- pregunto sorprendida e incrédula al verlo ahí, parado observandome.
- Solo quería venir a hablar y pasar un rato contigo- dice dandome una sonrisa, esa sonrisa que tanto lo caracterizaba, demo que no ha aparecido en los últimos días, tan radiante como antes, desvio mi mirada de él y miro hacia el agua cristalina del lago, tratando de ocultar mi muy característico sonrojo.
- Por ahora quisiera estar sola- digo con voz cortante, iba a romper en lágrimas de nuevo, no quería que me viera así.
- Gomen, demo no te dejaré aquí sola mientras te lamentas- dice decidido, yo alzo la vista y lo observo, ¿Acaso se ha dado cuenta?- Quiero que me digas la razón por la cual estas llorando- se sienta a mi lado sin dejar de verme, un par de lágrimas rebeldes salen de mis ojos, vuelvo a mirar el agua del lago, sonrio sin darme cuenta y empiezo a llorar- ¿Hinata?- dice mi nombre preocupado.
Cuando uno no habla y dice las cosas a tiempo,muchas cosas pueden pasar a causa de esta misma.
Tal vez uno se dé cuenta tarde pero siempre llega las consecuencias de no hablar a tiempo y en esta historia no es ecepción, pero tal vez no sea así completamente solo hay que saber hablar pero digamos que aquí las cosas no funcionan así y no hablan con el cerebro es decir no piensan, hablan con el corazón y con la ira y los pensamientos brutos.
Una historia que a la larga se decidirá si es rusvene o usavene