- Cuando salgas, no olvides cerrar bien la puerta. - Comentó el pelinegro con voz seca, arreglando su camisa.
- ¿Solo dirás eso? -Preguntó la más baja sintiéndose valiente por al menos unos segundos.
- Tú estuviste de acuerdo con ello, así que no me vengas con tonterías ahora. - Al decir aquello, le dio una ultima mirada y con ello salió de aquel lugar. El lugar que había sido testigo, otra vez, de su encuentro clandestino.
Soltando un pequeño suspiro, miró hacia el techo; ya no lloraría, no lo volvería a hacer. Él tenía razón, ella había escogido eso, y por más incorrecto y bajo que era, prefería eso a estar sin él, sin la persona que la hacía sentir como nadie nunca en la vida lo hizo, su alma gemela, su amor prohibido.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...