Desde mi ventana, todo pequeño es, los pájaros cantan, pero sólo se escucha el piar. No los veo porque lejos están, y si los veo será un águila real. Hola, no voy a decir mi nombre, porque creó que a nadie le interesaría. Llevo dos años encerrada, porque todos creen que estoy loca por hablar con los animales. Mis padres, también lo encerraron por mi causa. Duele. Duele que por mi culpa ellos también estén encerrados, duele que nadie te crea, y duele ver todo por mi ventana. Esta es mi historia, y supongo que tendré que decir mi nombre y edad, pero, todo a su momento llegara. ¿Te atreves a guardar mi secretos? * Si llegasteis hasta aquí, agradezco que hayan leído.