Es como que nunca vuelves a enamorarte, nunca vuelves a sentir esas mariposas; nunca vuelves a ser esa la de los ojos luminosos, la de la sonrisa que no falta, la de la mirada enamorada, la de los escritos, la que espera pacientemente, la que sólo piensa en eso. Simplemente te haces la idea que puedes volver a sentirlo, y te pasas la vida intentando tener ese sentimiento de vuelta y no lo consigues. Entiendes que sólo te enamoras una vez. Y que en la vida sólo vives esperanzada de poder sentir todo eso de nuevo, cuando lo único que consigues es acostumbrarte.