Él quería formar una familia, ella quería ser la mujer perfecta y ambos soñaban con estar juntos.
Ella era su musa, él era su príncipe azul.
Mientras estaban juntos todo era perfecto en este universo, cuando él se iba ella lo esperaba y mientras ella partía él prometía esperarla.
Todo era mágico, eran DOS PARA UNO.
Sin embargo, todo eso quizá solo es parte de su imaginación, tal vez nunca sucedió. Las únicas pruebas de que él era real están en su memoria, en una conversación que nadie sabe que existe, porque ella hablaba con él y no sabe si hablaban realmente, ella amaba su fotografía y él amaba a quien veía, ella siempre fue real y él siempre fue un avatar, porque todo esto paso mientras estaba sentada frente al computador.
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Notas: Portada original, Ceyla Jaret @Ceyla_Jaret