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Luke Silverhit realmente debería hacer una lista de prioridades en su vida porque de lo contrario podrían encontrarlo varios cientos de metros bajo el agua.

Su dilema personal al ser rechazado mientras "su" chica escoge al menos esperado sin ninguna explicación le tiene medio loco y excesivamente dramático. Su mala suerte es una broma y parece escupirle en el rostro, sobre todo cuando es mandado varios años al pasado y se ve obligado a vivir gran cantidad de locas situaciones, y a apostarlo todo en cada una de ellas. En el proceso de arriesgarse, puede terminar encontrandose a si mismo.

Gracias a Dios, no todo es malo. El destino o la mano divina que lo mueve, como bien le gusta pensar, le tiene una enorme sorpresa reservada. Una chica totalmente inolvidable desde el primer momento, una que le obliga a pensar tontas curselirías todo el tiempo y permanece en su cabeza sin importar cuantos intentos realice para impedirlo.