Cien años después la historia se repite. O quizá no. Todavía no se conocen. Ni siquiera se intuyen. Peter y Wendy tienen un destino común del que no podrán escapar. La aventura de la vida y la magia del amor empiezan contigo, en cuanto te atrevas a descubrir su historia. Podríamos hablarte sobre caracoles, estrellas, princesas que no sienten dolor, palabras inventadas, catarros mal curados o mundos rellenos de sueños donde todo es posible. Por explicarte podríamos deleitarnos y ser un poco malas y adelantarte que el amor no siempre es dulce. Pero claro, eso sería adelantar acontecimientos y no entenderías nada. Así que olvida las últimas líneas y sumérgete en una historia donde todo es posible, incluso que el sol y la luna se besen. Pronto, todo tendrá sentido. Bienvenido a nuestro particular Nunca Jamás. Y llegados a este punto, puede que algunas preguntas juguetonas revoloteen por vuestra mente. ¿Qué tienen que ver Peter Pan y Wendy en esta historia? ¿Y Barrie? La realidad es que ellos son la historia, porque Recuerda que me quieres es un gran homenaje, un gran guiño o una versión muy (muy) libre de Peter Pan (ponedle el nombre que queráis). Es nuestra caricia a los cuentos y a las hadas, al creer y a la magia. Pero esta no es una historia con magia, al menos no con la que pueda albergar el polvo de hadas o una varita mágica. El libro tiene magia, eso sí, pero de esa magia que reside en la vida, en las pequeñas cosas, en las palabras. En resumidas cuentas, Recuerda que me quieres habla de Wendy y sus ganas de escribir; de Peter y su gran imaginación, y de muchos otros personajes que recuerdan a los de Barrie pero con un toque a presente. Recuerda que me quieres es, al fin y al cabo, una novela realista y actual que fija la vista en el pasado. Todos los derechos a W. Davies, Ediciones Kiwi